Cómo puedo ahorrar en calefacción

Escoge el sistema de calefacción más adecuado y pon en práctica este decálogo
Con la llegada del frío, no solo decimos adiós a la vacaciones y nos enfrentamos a la “vuelta al cole”. También nos encontramos con otro de los grandes miedos domésticos: la factura que supondrá calentar nuestra casa. Hay momentos del día, especialmente entre los meses de diciembre a febrero, en los que necesitamos encender la calefacción para estar cómodos en nuestro propio hogar. Ya que esto no es un lujo, sino una necesidad, no podemos prescindir de ello. Sin embargo, sí existen una serie de pautas que podemos adoptar para ahorrar en calefacción.

Elige el sistema de calefacción

Sin duda, una de las mejores formas de ahorrar en calefacción es escoger el sistema que mejor se adapte a las características de nuestra vivienda y al uso que hagamos de ella. Por este motivo, es fundamental que conozcas en qué consiste cada uno de ellos y aciertes con tu decisión.

Calefacción de combustibles fósiles

Los combustibles fósiles son una de las fuentes de energía más utilizadas en los hogares de nuestro país y se puede optar por tres tipos distintos:

  • Gas natural: ideal para pisos de una ciudad, ya que no hay que preocuparse ni por su almacenamiento ni por su distribución.
  • Gasóleo C: es una buena opción para calentar viviendas grandes, aunque su almacenamiento debe hacerse en tanques dentro de la casa. Este hecho aumenta su peligrosidad respecto al gas natural.
  • Gas propano: debido a su elevada potencia calorífica es perfecto para calentar casas muy grandes. A diferencia del gasóleo, se puede almacenar en bombonas de tamaño pequeño, lo que lo hace más seguro.

Calefacción eléctrica

Es un sistema muy habitual debido a su fácil y barata instalación, y a lo sencillo que es mantenerlo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la elección de este sistema repercutirá directamente en la factura de la luz, por lo que si se hace un uso prolongado de manera habitual, acabará siendo más caro que un sistema de calefacción de gas.

La calefacción eléctrica es recomendable para viviendas situadas en zonas cálidas donde no hay que usar mucha potencia ni mucho tiempo para calentar la casa. También es una buena opción para segundas viviendas donde no se pasa mucho tiempo al año.

Emisores termoeléctricos

Este tipo de calefacción consiste en un sistema de radiadores de aceite que consigue calentarse gracias a una resistencia eléctrica blindada con un acero especial. Sus ventajas son que cada radiador es independiente y se puede enchufar y desenchufar cuando se quiera; una vez calientes y apagados, mantienen la temperatura durante mucho tiempo. Sin embargo, si se necesitan muchos radiadores para calentar la casa, un emisor de estos terminará siendo un sistema caro.

Caldera con radiadores de agua

Es la calefacción más extendida en España. Su funcionamiento se basa en calentar agua mediante la quema de combustibles, normalmente gas natural, en una caldera y distribuirla a los radiadores. La caldera puede ser de uso común de todo el edificio o individual.

Suelo radiante

Consiste en instalar cables eléctricos o tuberías con agua caliente debajo del suelo de la vivienda. El calor se propaga hacia arriba, calentando el suelo y creando un ambiente cálido y muy agradable. Además de estas ventajas, este sistema permite ahorrar entre un 10 % y un 30 % del consumo de calefacción. Sin embargo, requiere de una considerable inversión inicial y de una obra compleja de instalación.

Decálogo de trucos para ahorrar en calefacción

Si por el motivo que sea no puedes cambiar tu sistema de calefacción por aquel que mejor se adapte a tu casa y al uso que haces de ella, no te preocupes. Existen una serie de trucos muy fáciles que te ayudarán a ahorrar en calefacción sin pasar frío.

1. Purga los radiadores

Limpia y saca el aire de los radiadores al menos una vez al año, ya que los radiadores suelen acumular pequeñas burbujas de aire que impiden el paso correcto del calor. Antes de que llegue el frío de invierno es el mejor momento, así te asegurarás de que están en el estado óptimo para su uso. Si no purgamos nuestro sistema de calefacción, gastaremos más dinero por el mismo resultado.

2. Mantén una temperatura de confort

Según el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE), una temperatura de 21º “es suficiente para el confort de la casa”. Sé racional y no caigas en la trampa de que, por tener calefacción, tiene que parecer agosto dentro de tu salón. Por cada grado de más, aumenta un 7 % el gasto en calefacción.

3. Apaga la calefacción por las noches

Está comprobado que es más eficiente mantener la calefacción encendida un par de horas antes de dormir y volver a encenderla al despertar, que tenerla puesta toda la noche. Esto último solo servirá para recalentar el ambiente y acabar pagando de más.

4. Instala termostatos programables

Con un termostato o una válvula programable adherida a tu radiador, conseguirás reducir entre un 8 % y un 13 % el consumo.

5. Ventila las habitaciones, pero lo justo

La IDAE señala que son 10 minutos necesarios para airear el ambiente de nuestra casa sin dejar que pase el frío. Si dejamos las ventanas abiertas más tiempo, luego tendremos que hacer un uso mayor de la calefacción y, por tanto, un desembolso de dinero innecesario.

6. Aisla bien toda tu casa

Invertir en unos buenos sistemas de aislamiento térmico, tanto en ventanas, puertas, techos y suelos, es, a la larga, una gran forma de ahorro en calefacción. A veces, no son necesarias grandes obras, sino que basta con colocar alfombras, cortinas más gruesas o pintar con colores que absorban la luz del sol y, por tanto, su calor.

7. No cubras los radiadores

Seguro que te suena eso de poner la ropa húmeda encima del radiador para que se seque antes. A pesar de que es una práctica extendida, lo que provoca es que no se difunda el calor por la habitación obligándonos a mantener más tiempo encendida la calefacción.

8. Haz revisiones periódicas de tu caldera

Igual que ocurre con las purgas de los radiadores, dedicar tiempo e incluso algo de dinero a inspeccionar y mantener la caldera en buen estado es, a la hora de recibir la factura, un gran ahorro. Todos los aparatos en mal estado o viejos obligan a hacer un mal uso de la energía, dificultando, en este caso el ahorro en calefacción.

9. Aprovecha la luz del sol

Una manera de ahorrar en calefacción y de proporcionar además un ambiente agradable a nuestra casa es aprovechar al máximo las horas de luz solar. Descorre las cortinas antes de irte a trabajar por la mañana para que el sol entre a través de los cristales durante todo el día y la casa se caliente de forma natural.

10. Apaga los radiadores de las habitaciones vacías

Puede resultar obvio, pero nunca está de más recordarlo. Si en tu casa hay alguna habitación que no uses frecuentemente, apaga el radiador. De lo contrario, al encender la calefacción también estarás destinando energía a esos lugares que no usas.

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