Pasos para abrir un plan de pensiones

Te explicamos cómo contratar este producto de ahorro e inversión.
Nunca es demasiado pronto para empezar a ahorrar para la jubilación, y los planes de pensiones son un producto de ahorro e inversión específicamente diseñado para ese fin. Existen planes para todo tipo de perfiles de inversor, pero lo que todos tienen en común es que, cuanto antes comienza este proceso de ahorro, mayores son los resultados que se obtienen y menos esfuerzo se requiere. Si quieres saber los pasos a seguir para abrir un plan de pensiones, sigue leyendo.

Definir el perfil del contratante

El primer paso previo a la contratación de un plan de pensiones es definir el perfil de la persona que lo va a contratar. Las características personales y financieras de los usuarios determinan qué tipo de plan es el más adecuado para ellos.

Uno de los primeros factores a considerar es la edad del solicitante. No hace falta que la persona esté cerca de la jubilación para que pueda abrir un plan de pensiones (de hecho, lo ideal es abrirlo con la mayor antelación posible, idealmente al incorporarse al mercado laboral), pero la edad que tenga sí que afecta a la estrategia de ahorro que debe seguir. El perfil de riesgo es otra de las características fundamentales a tener en cuenta. La capacidad del ahorrador para asumir pérdidas permite decidir qué nivel de riesgo ha de tener el plan. Normalmente, cuanto mayor es el riesgo, mayor es la rentabilidad potencial, pero también mayor la pérdida en la que se puede incurrir. Por tanto, solo hay que optar por opciones de perfil decidido cuando lo aconseja el amplio horizonte temporal hasta la jubilación y el perfil personal de riesgo del inversor. Si, por el contrario, el perfil del inversor es claramente conservador, se ha de buscar la opción más segura y posicionarse en planes más conservadores. Esto ocurre también cuando la jubilación está cercana.

Es importante tener en cuenta que la liquidez de los planes de pensiones se encuentra restringida a ciertas contingencias y supuestos excepcionales. Aunque cada vez hay más supuestos que permiten su rescate, se debe considerar que no es posible su rescate en cualquier momento fuera de esas contingencias y supuestos.

Comparar los fondos de pensiones del mercado

Una vez se tiene claro el perfil del inversor y la estrategia que se pretende seguir, es el momento de estudiar y comparar los planes disponibles para buscar el que más se adapte a las necesidades del contratante.

Además de considerar los planes recomendados por edad, se debe valorar el nivel de riesgo de cada uno de ellos. Todos los planes de pensiones están clasificados con una puntuación que va del 1 al 7, siendo 1 el menor nivel de riesgo y 7 el mayor. Asimismo, conviene recordar que los planes que invierten en renta variable son siempre más arriesgados que los de renta fija, ya que los primeros se ven más afectados por las fluctuaciones del mercado. Para los perfiles más conservadores, existen además fondos de pensiones garantizados en los que se asegura la recuperación del capital inicial o un porcentaje del mismo, y también un determinado nivel de rentabilidad en muchos casos.

Por otra parte, otro factor que se debe considerar a la hora de contratar un plan de pensiones es el importe mínimo que requiere tanto la aportación inicial como las aportaciones adicionales. Generalmente, se puede realizar aportaciones periódicas desde importes reducidos, entorno a los 30 euros mensuales. También es relevante analizar las comisiones (gestión y depósito) que soporta el plan.

Contratación de un plan de pensiones

Tras evaluar todas las variables y condiciones de los distintos planes, se ha de proceder a la contratación del plan elegido. La mayoría de los fondos de pensiones se contratan en entidades bancarias, aunque también son ofertados por aseguradoras y sociedades gestoras de instituciones de inversión colectiva (SGIIC).

Su contratación no difiere en gran medida de la de cualquier otro producto financiero, y se puede realizar tanto online como presencialmente. En el primer caso, el usuario tiene que iniciar sesión en el sistema de banca online de la entidad con la que vaya a abrir el plan de pensiones y contratarlo a través de esta plataforma. Para contratar un plan en una oficina bancaria basta con acercarse a la misma y seguir las instrucciones del agente de la entidad. Es importante tener en cuenta que, en el caso de que se quiera contratar un plan de pensiones de una entidad de la que no se es cliente, es probable que sea necesario abrir primero una cuenta de ahorro en dicho banco.

Antes de firmar el contrato, es esencial leerlo atentamente y comprobar que sus condiciones coinciden con los intereses y el perfil del contratante. En la sección de “Especificaciones del plan” se detallan todas las características del mismo, como su clase, modalidad, prestaciones, etc. El usuario siempre debe resolver cualquier duda que pueda tener o consultar aquellas cláusulas que no comprenda.

Consideraciones importantes respecto a los fondos de pensiones

Existen una serie de cuestiones que siempre se deben tener en cuenta una vez se ha contratado un plan de pensiones. En primer lugar, la mayoría de los expertos coincide en que es mejor hacer aportaciones periódicas al plan. Distintos estudios demuestran que este método de ahorro ofrece mejores resultados que una única aportación al final del año, dado que se amortiguan los vaivenes del mercado al conseguir un precio medio de compra de distintas aportaciones.

En segundo lugar, el inversor no debe olvidar que, si no está satisfecho con el rendimiento del plan, existe la posibilidad de traspasar su inversión a otro plan. Además, esta opción no requiere el pago de impuestos por la rentabilidad obtenida hasta ese momento.

Por último, se recomienda hacer el rescate en forma de rentas. El cobro de la cantidad total en forma de capital puede suponer un aumento demasiado acusado de los ingresos totales anuales sobre los que se tributa. De este modo, el ahorro conseguido hasta el momento con la exención tributaria de las aportaciones puede echarse a perder al incrementarse el tipo marginal y aumentar la factura fiscal.

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